Monologo/ La Navidad es para los niños

 
La Navidad es para los niños.

 

Por eso compramos angulas a cuarenta mil pesetas el kilo… ¡Por los niños! Por eso nos arruinamos comprando lotería… ¡Por los niños! Y por eso nos emborrachamos… ¡Por los niños! ¡Lo que sea con tal de que ellos se lo pasen bien!

Vamos a ver: yo creo que ya somos lo suficientemente maduros para decir la verdad. En Navidad utilizamos a los niños como excusa para disfrutar nosotros y tirar la casa por la ventana. Es como cuando tu hijo tiene seis meses y su padre le compra un Scalextric… ¡Muy bien!

Todo empieza el día que en el colegio hacen el belén viviente. Una superproducción donde no se repara en gastos con tal de que los niños se expresen. Por eso les dan papeles… de oveja, de palmera, de nube… A una niña le ponen un camisón y unas alas y la cuelgan de una cuerda… ¡Para que disfrute! La pobre niña no tiene ni idea de lo que dice:
– Os ha nacido hoy en la ciudad de David un salvador que es Cristo Señor. ¡Hosanna en el cielo!
¡Qué natural es todo…! ¡Y qué bien se lo pasan los niños…!

Y con el calor que hace allí dentro, les ponemos un gorro de lana, un chaleco de borrego y un zurrón.. Y el niño:
– Mamá, ¿por qué no me puedo poner el traje de hombre araña?
– Porque ser pastor es divertido… ¡Pero si hasta llevas un queso en la mano!
– ¿Y por qué el hombre araña no puede llevar un queso en la mano?
– ¡Porque no! ¡Anda, sube y diviértete!
Y el niño, llorando:
– Pues si yo fuera el niño Jesús me haría más ilusión que me trajera el queso el hombre araña.

¡Si es que la Navidad es una fiesta continua para los niños! Por eso les dan vacaciones, y por eso los padres les preparamos diversiones infantiles… como ir al centro.
Ir al centro es una actividad familiar que consiste en ir a un sitio abarrotado de gente… a perder al niño. Tú estás mirando un bolso de piel de potro de un color ideal, cuando de repente, el niño desaparece. Tú, pegando gritos entre la multitud:
– ¡¡¡Alvaritooooo!!!

Pero no lo ves, porque uno de los defectos más graves de los niños es que son bajitos… Cuando por fin lo encuentras, el niño está llorando, echando mocos, con la bufanda arrastrando por el suelo… Pero… ¡feliz, muy feliz! ¡Y es normal! ¡Esto no se le olvidará en la vida! ¡Son vivencias! ¡Vivencias que les das!

Otra de las cosas que les divierte a los niños en Navidad es ir a visitar a la familia. ¡Lo están deseando!
– Esta tarde no vais a ver la tele ni a jugar, vamos a ir a ver a los tíos.

Para un niño, una visita familiar consiste en que unos señores a los que sólo ve una vez al año le estrujen, le babeen y le pellizquen la cara mientras le dicen cosas como:
– ¡Qué mayor estáááá…! Cada vez se parece más a la abuela Brígida.
Que el niño pensará:
– Así es que me parezco a la abuela. ¡Pero si no tiene dientes!

Menos mal que después sacan el turrón. El turrón es otra cosa pensada para los niños… De ahí las marcas: La Bruja, El Lobo… ¡Pero si hay hasta turrón de coco! ¡De COCO! Que ya sólo falta que saquen el turrón de El Exorcista.

Si es que lo mires por donde lo mires, en Navidad todo son referencias a los niños. El Día de los Inocentes: Aquí conmemoramos que Herodes se cargó a todos los niños de Israel. ¿Y cómo lo celebramos? ¡Haciendo coñas! Poniendo bombas fétidas… Diciendo mentiras en los telediarios… ¡Qué gran ejemplo para los niños!

Ahora, donde los críos ya se lo pasan de muerte es en la cabalgata de Reyes. Aquí los padres los subimos a hombros para que unos concejales con peluca les tiren caramelos a la cabeza: “¡Al mío, al mío! ¡Tírale al mío!” Y cuando les dan: “¡Qué suerteeeee…! ¡Te han dado…! ¡Olééééé!”

Pero no les hacen daño, ¿eh? Porque envolvemos a los niños con tanta ropa que van blindados como Robocop: la camiseta, tres jerséis, el anorak, la bufanda, las botas, el pasamontañas… Moverse, no se pueden mover…
¡Pero ya les puedes tirar caramelos, ya! ¡Les rebotan!
Alguno de ustedes puede pensar que los niños ya no se lo pueden pasar mejor… Pero no, todavía les queda la mañana de Reyes.
Ellos se han acostado emocionados recordando lo que pusieron en la carta:
Queridos Reyes Magos: Como he sido muy bueno este año, quiero la Playstation dos. La de ochenta mil. Mi madre me ha dicho que pida un chándal que vimos en Miniprecio, de unos muñecos muy parecidos a los Teletubbies. Tráeselo a ella, que a mí no me gusta. A mí tráeme también el balón de Nike, de la liga, el barco pirata de Playmobil, un patinete de aluminio y, por favor, no me traigáis más puzzles de Educa.

Al día siguiente, el niño a las siete de la mañana:
– ¡Han venido los Reyes! ¡Han venido los Reyes! Papá, me han traído el chándal de Miniprecio… Papá, en vez del balón de Nike, me han traído uno del Banco de Santander… Y en vez de un patinete, unos calcetines de deporte… ¡¡Papá!! ¡¡¡Papááááá: déjame jugar con la Playstation, que llevas tres horas jugando tú!!!

Y es lo que yo digo: la Navidad es para los niños.

 

Ja,ja,ja, que gran verdad es esto….para algunos.

 

Esta entrada fue publicada en Monologos del club de la comedia. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Monologo/ La Navidad es para los niños

  1. mimosina dijo:

    Jajajajaaaa es bueníííííísimooooo. Además, no deja de tener su parte de verdad eh??? Me encanta este buen rollo.Ah y ya de paso.FELICES FIESTAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Deja un comentario